Antonio Machado

El Viajero

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El Viajero

The traveler He's in the family room, gloomy, and between us, the dear brother that in the childish dream of a clear day We saw them leave for a faraway country. Today he already has silver temples, a gray lock on the narrow forehead; and the cold restlessness of their looks reveals a soul almost completely absent. The autumnal tops shed their leaves of the musty and old park. The afternoon, behind the humid windows, it is painted, and at the bottom of the mirror. Brother's face lights up gently. Flowery disappointments golden in the afternoon that declines? yearning New life in New Years? Will he regret his lost youth? The poor wolf remained far away dead. The white youth never lived Are you afraid, what should you sing at your door? Do you smile at the golden sun from the land of a dream not found; and sees his ship split the sonorous sea, of wind and light the white inflated sail? He has seen the autumn leaves, yellow, roll, the smelly ones eucalyptus branches, rose bushes that show their white roses again. . . And this pain that longs or mistrusts the tremor of a tear represses, and a rest of virile hypocrisy It is printed on the pale countenance. Serious portrait on light wall still. We digress. In the sadness of home it hits the ticking of the clock. We all remain silent. They are good people who live, They work, they pass and they dream, and one day like so many, They rest underground. Está en la sala familiar, sombría, y entre nosotros, el querido hermano que en el sueño infantil de un claro día vimos partir hacia un país lejano. Hoy tiene ya las sienes plateadas, un gris mechón sobre la angosta frente; y la fría inquietud de sus miradas revela un alma casi toda ausente. Deshójanse las copas otoñales del parque mustio y viejo. La tarde, tras los húmedos cristales, se pinta, y en el fondo del espejo. El rostro del hermano se ilumina suavemente. ¿Floridos desengaños dorados por la tarde que declina? ¿Ansias de vida nueva en nuevos años? ¿Lamentará la juventud perdida? Lejos quedó —la pobre loba— muerta. ¿La blanca juventud nunca vivida teme, que ha de cantar ante su puerta? ¿Sonríe al sol de oro de la tierra de un sueño no encontrada; y ve su nave hender el mar sonoro, de viento y luz la blanca vela hinchada? Él ha visto las hojas otoñales, amarillas, rodar, las olorosas ramas del eucalipto, los rosales que enseñan otra vez sus blancas rosas… Y este dolor que añora o desconfía el temblor de una lágrima reprime, y un resto de viril hipocresía en el semblante pálido se imprime. Serio retrato en la pared clarea todavía. Nosotros divagamos. En la tristeza del hogar golpea el tic-tac del reloj. Todos callamos. Son buenas gentes que viven, laboran, pasan y sueñan, y un día como tantos, descansan bajo la tierra.